Es Abu Simbel uno de los lugares más bellos que he conocido: flores, arena blanca, el Nilo virgen y un cielo azul profundo. Este lugar en donde se siente una energía particular fue elegido por Ramsés, a través de la radiestesia, como sitio para edificar dos templos, uno para Nefertari, su amor, y otro para él. Es el lugar de las almas gemelas y esto se respira en el aire. El viaje a Egipto no estaría completo sin Abu Simbel. En mi último viaje tuve oportunidad de vivir una experiencia alucinante; luego de meditar en el templo de Nefertari con algunos del grupo, y después de la caída del sol y a solas, fuimos conducidos al templo de Ramsés en donde en una de las cámaras experimentamos una sanción para una persona del grupo. Un verdadero privilegio. Luego en el Santo Sanctorum los ocho que estábamos hicimos una antigua práctica egipcia, utilizando el sonido para conectarnos con el lugar. Fue un momento único en donde muchas cosas sucedieron en distintos niveles. Una de las mujeres del grupo pudo ver a la Reina Nefertari y sentir su presencia (corroborada por otros). Allí comenzó el momento más importante del viaje, dándose así lugar a una cadena de experiencias.
Javier Peralta Ramos
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