Toda mi vida soñé con poder ver a un jaguar salvaje en la selva, y no imaginaba que se iba a manifestar mi sueño en mi último viaje a México y Guatemala, en el 2020. Estábamos entrando al Parque Nacional Tikal, en Guatemala rumbo al hotel que esta dentro del mismo. De la entrada hasta el hotel, y el parque hay unos 20 km, atravesando selva virgen. Llevaba conmigo mi cámara fotográfica como siempre lista, ya que las mejores fotos suelen darse en el momento más inesperado y por poco tiempo. Apenas comenzado el camino, mi guía interna me dice que un jaguar se va a manifestar!.
Con el solo fin de dar testimonio de lo intangible, se los dije a Florencia y Francisco, compañeros de aventuras, para que cuando sucediera sirviera como disparador de su conciencia.
Al llegar al hotel, me ocupé de hacer el check-inn, y mientras que conversaba con el gerente, un hombre muy amable y simpático, entra su señora y le dice alborotada, que muy cerca de allí, en las inmediaciones del lugar, se encontraba un jaguar!. Salimos rápidamente con el fin de tener esa experiencia única para cualquier persona. En mi caso era el cumplimiento de un sueño esperado por años, y la manifestación de lo que había recibido de la guía interna.
Tal como dijo su esposa, allí en medio de un claro en la selva, y a poca distancia del hotel se encontraba tranquilamente echado esta belleza de animal. Acercándome lo más posible, con la máxima prudencia y mucha adrenalina, comencé a disparar la cámara. El jaguar que tenía plena conciencia de nosotros, parecía ignorar nuestra presencia.
Al terminar la maravillosa experiencia, conversando con un guía de allí me dijo que seguramente había ocurrido esta para nada habitual manifestación, porque ese animal era mi Nahual. Profundo fue mi agradecimiento.
Javier Peralta Ramos
